Una nueva realidad impacta a México. Tras la pandemia las mujeres que se encuentran en los puestos clave de las empresas han desarrollado competencias y se han convertido en protagonistas del cambio, redefiniendo los modelos de negocios y la comunicación interna de los equipos, brindando certeza, claridad de rumbo, y mejores condiciones para el desarrollo de nuevas habilidades en ellas y en sus colaboradores.

La empresa KPMG realizó un estudio llamado “Mujeres de la Alta Dirección en México. Liderazgo femenino en la nueva realidad” en el que se demostró que las mujeres directivas han convertido los desafíos en oportunidades y han hecho frente a la adversidad junto a sus equipos de mejor forma que los hombres líderes. La mayoría de las directivas coinciden que la crisis incrementó su resiliencia.

Todas las mujeres de la alta dirección que formaron parte del estudio están de acuerdo que adquirir nuevos conocimientos y desarrollar nuevas habilidades es totalmente necesario para hacer frente al entorno cambiante en el que nos encontramos. La digitalización y la actualización de capacitaciones y perfiles mantendrá vigentes a los equipos de trabajo y a las organizaciones.

Para las líderes, el éxito se compone del balance entre la vida personal, el desarrollo profesional, y para muchas, el impacto positivo que puedan crear en la sociedad. El confinamiento evidenció el desbalance que existe actualmente en la cultura de trabajo, la carga de responsabilidades que se le imponen a las mujeres por su rol en la sociedad, afecta de forma directa el desempeño que puedan tener en el trabajo remoto. Por ello las líderes que se encuentran en posición de influir y crear flexibilidad en las estructuras de las organizaciones deben trabajar por un equilibrio y permitir el desarrollo de carrera de otras mujeres.

Para las mujeres el fortalecimiento de las relaciones humanas debe ser primordial ya que si se mejoran los vínculos con los clientes y entre el equipo de trabajo la recuperación y el crecimiento serán más factibles. Entre las fortaleces personales que ayudaran mejorar estos vínculos están la adaptabilidad, la resiliencia, la inteligencia emocional, el pensamiento estratégico y la capacidad de trabajar en equipo.

El 77% de las líderes del estudio confesaron haber experimentado el Síndrome del Impostor, síndrome en el que la persona que lo padece es incapaz de ver sus logros y creer en sus habilidades y competencias, generando inseguridad y auto sabotaje en su trabajo. Es preciso mencionar que los estereotipos de genero aun tienen un gran impacto y por lo mismo de suma relevancia que existan jefes que impulsen y favorezcan el desarrollo de las mujeres a en roles de directivos y liderazgos.

A continuación, enlistaremos algunos de los consejos para impulsar el liderazgo femenino:

• Toma de riesgos. La mayoría de las mujeres tienden a auto limitarse, en muchas ocasiones por el síndrome del impostor que mencionamos antes.
• Buscar guía y/o apoyo. Tener mentoría dentro de la organización te ayuda a crecer como profesional.
• Preparación y esfuerzo. Todo nuevo cargo o posición trae consigo nuevas responsabilidades y es indispensable estar en constante actualización y estudio para poder hacer frente a los retos.
• Confiar en la preparación profesional y las habilidades personales que las que cuentan.
• Red de apoyo. Una de las mayores barreras que tiene un líder son otras mujeres. Es de gran ayuda contar con una red de compañeras y colegas que promuevan una competencia sana y criticas constructivas, rebote de ideas y estrategias con el fin de apoyar el trabajo de la otra, en lugar de buscar su fracaso.

Así como es importante impulsar y confiar en las habilidades y capacidades de las mujeres otro aspecto en el que se debe mostrar la cultura incluyente es en la equidad salarial. Es cierto que muchas empresas a nivel global han encaminado esfuerzos en la implementación de estándares de igualdad de género, incluyendo la equidad salarial, pero existe muchas en las que no cuentan aún con estas normativas ni tienen planes de hacerlo.

En esta nueva etapa de la pandemia en la que el trabajo se empezará a realizar de manera hibrida será indispensable que las empresas revisen la propuesta de valor, el talento y la experiencia para permanecer activos en el mercado.

Debemos reconocer que existe un largo camino por recorrer en la igualdad de género, al igual que en la diversidad en los consejos de administración, en las posiciones estratégicas de gerencia y directivas y las mujeres de manera arquetípica poseen inteligencia, intuición e inspiración, las cuales son grandes aliados del liderazgo. Esta diversidad de liderazgo no debe verse como una competencia entre mujeres y hombres sino en colegas aliados en busca de la renovación de las empresas.