La situación actual nos ha enseñado que las actividades de trabajo deben basarse más en las habilidades y capacidades que en las descripciones del puesto, así como la importancia de la agilidad y la flexibilidad.

La mayoría de las organizaciones se han quedado en un sistema de trabajo tradicional en la que se definen “trabajos” y los “trabajadores” que mantienen el trabajo, pero hoy en día es el principal obstáculo para los desafíos de la digitalización, la automatización, el entorno económico y la forma de aprendizaje.

¿Has escuchado sobre el Enfoque Ágil?

El enfoque ágil es un proceso de colaboración simultanea en diferentes etapas del proyecto, en las que continuamente se hacen pruebas de comportamiento, requerimientos y actualizaciones, con el fin de resolver detalles de forma continua.

Lo mismo ocurre con las organizaciones, al adoptar la metodología ágil transforman los procesos de trabajo. En estos procesos se priorizan las personas y su interacción con las herramientas, la colaboración con el cliente y la adaptabilidad al cambio durante el seguimiento de un plan.

Para que esta metodología funcione es necesario deconstruir los puestos de trabajo. El nuevo sistema se basa en 4 principios:

1.- Comenzar con las tareas actuales y futuras.

Se debe formular las siguientes preguntas:

• ¿Cuáles son las tareas de trabajos futuros? Independientemente de los trabajos actuales
• ¿Qué capacidades se necesitan para realizar dichas tareas?
• ¿Qué trabajadores actuales o potenciales tienen o pueden desarrollar las capacidades necesarias
• ¿Cuáles son los mejores arreglos de trabajo para involucrar las capacidades?

2.- Combinar las habilidades humanas con la automatización.

El viejo pensamiento cree que la automatización reemplaza por completo al trabajador humano, pero eso no es del todo cierto, ya que depende de las características de la tarea. La automatización puede sustituir, disminuir o trasformar las tareas del trabajador.

Los gerentes pueden y deben responder las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las tareas esenciales del proceso?

¿Cuáles son los objetivos de cada una de las tareas?

¿Qué tipo de automatización existe? y ¿A cuál tenemos acceso?

¿Cuál es la mejor forma de combinar la automatización y el trabajo humano para cumplir los objetivos?

Estas preguntas se pueden hacer en cada uno de los procesos.

3.- Considerar la gama completa de compromisos de trabajo humano, como: empleados, trabajo, alianzas, proyectos, etc.

Los gerentes deben pensar en los trabajos como elementos deconstruidos (tareas, proyectos, etc), y visualizar la mejor forma de involucrar a los trabajadores en cada uno de los elementos.

Lo que hacen algunas organizaciones es contratar proveedores de mano de obra externos, contratar accesos a plataformas independientes o contratos temporales, y los gerentes deben aprovechar el talento de estas diversas fuentes a fin de crear lo más y mejor. Otra practica común es establecer alianzas entre organizaciones y crear prestamos de talento para proyectos o servicios específicos.

4.- Permitir que el talento “fluya en el trabajo”, en lugar de estar en trabajos fijos y permanentes.

Fluir en el trabajo significa que los trabajadores exploren y descubran sus habilidades para resolver tareas que no están dentro de sus descripciones de trabajo.

Recordemos que para obtener los beneficios de un sistema ágil es necesaria la desconstrucción de trabajo, la clave es reinventar el trabajo y realizar combinaciones entre:

• Talento en roles fijos.
• Talento asignado a tareas y proyectos.
• Roles híbridos

El mundo de evolución rápida en la que vivimos hoy requiere un sistema en el que líderes, trabajadores y organizaciones pueden detectar que habilidades y capacidades poseen, y en donde se necesitan. Es probable que con el tiempo los gerentes y líderes utilicen y combinen mejor los recursos humanos y la automatización.

La recomendación es adoptar el nuevo sistema y aplicarlo en las áreas con más necesidad o de mayor relevancia dentro de la organización.